29.1.14

De monstruosidad y locura, Roberto Arlt, prólogo de Pedro Antonio Curto

La monstruosidad y la locura son dos temas de gran importancia en la obra del argentino Roberto Arlt, quizá no tanto por gusto, como por la influencia de un entorno hostil. Reconoció Arlt en el prólogo de El jorobadito: "Los seres humanos son más parecidos a monstruos chapoteando en las tinieblas que a los luminosos ángeles de las historias antiguas." Más que una dedicatoria, es toda una declaración de principios.

Cuando el lector se encuentre en este libro relatos como El jorobadito, Odio desde la otra vida, Rahutia la bailarina, Los hombres fieras, La pista de los dientes de oro, o Las fieras,entre otros, comprenderá que no sólo entra en contacto con la obra de uno de los escritores más importantes del S.XX, sino que ha abierto una puerta a la verdad, al terror, al espanto que producimos los seres humanos en los demás. El juego de los espejos es fundamental en literatura, porque nos muestra quiénes somos, y Arlt lo logra con maestría.

En el extenso y valioso prólogo, escrito por otro gran autor, Pedro Antonio Curto, se han destacado algunas ideas de Arlt que parecen escritas hoy mismo: "Creo que nos ha tocado la horrible misión de asistir al crepúsculo de la piedad, y que no nos queda otro remedio que escribir deshechos de pena, para no salir a la calle a tirar bombas o instalar prostíbulos." Se adelantó a su tiempo, o quizá, meditó sobre la realidad humana de todos los tiempos. Arlt escribió con la violencia de un cross a la mandíbula, y en este libro se muestra la perfección de una técnica literaria más viva que nunca.



ROBERTO ARLT
(Buenos Aires, 1900 - 1942) 

Escribió novelas como El juguete rabioso, Los siete locos, Los lanzallamas, El amor brujo o El crimen casi perfecto, y libros de relatos como El jorobadito, Viaje terrible, El criador de gorilas Regreso. Entre sus obras teatrales destacan Trescientos millones, Separación feroz, Saverio el cruel y El desierto entra en la ciudad.


Crimen en La Torre de Montijo, novela de José María López Conesa

Una violación, un crimen. ¿Quién iba a cometer tal atrocidad? Estamos ante una novela austera, frugal, incluso adusta o, quizá, nos adentramos en la sección de sucesos de un periódico. Es una historia difícil de encajar, porque nos muestra el lado oscuro de nuestro entorno.
José María López Conesa parte de un hecho real ocurrido en la región de Murcia, una violación, algo que se lee habitualmente en los periódicos y se olvida, pero marca la vida no sólo de la víctima, sino de todos quienes la quieren. 
El autor plantea el desarrollo del asunto de un modo áspero, descarnado casi, por realista. Podría parecer un drama de "la huerta profunda", con violación, venganza, muerte, un drama de la España negra, pero apegado a los clásicos de la tragedia, lo que convierte el tema en universal y propio de todos los tiempos. 
El autor, al contarnos esta historia real, pretende sobre todo ser verídico. Y nos deja un cúmulo de sensaciones terribles.
  
José María López Conesa

(Molina de Segura, Murcia, 1945) Licenciado en Filología Románica por la Universidad de Murcia. Ha publicado ocho libros de narrativa: Que se hunda el convento y otros relatos, Servidor de ustedes y amores bajo la Torre Eiffel, Atrapada, Lazos de sangre, Preciada soledad, Turbulencias psíquicas, El diario inconcluso de Belén y Misterio en la cueva. Ha publicado decenas de relatos y ensayos en distintas revistas. Ha cultivado el periodismo en prensa y radio y se hadedicado a la enseñanza en distintos Institutos de la Comunidad de Murcia durante treinta años.



Entrevista a Pedro Pujante por "El absurdo fin de la realidad", Premio 451 de Novela de Ciencia ficción

P.-¿Qué destacarías de El absurdo fin de la realidad?
R.-Es una novela distinta y original que, aunque parta de algunos presupuestos de la ciencia-ficción,
viajes en el tiempo y visita extraterrestre incluidos, está teñida de ironía y sarcasmo, de humor y de mucha, mucha literatura. Es una antinovela de ciencia-ficción que se parodia a sí misma y que yo he transcrito de lo que RayBradbury y Borges me dictaban en mis estados de trance (Pedro Pujante se ríe).


P.- Al parecer el argumento ya da algunas de las claves para entenderla, ¿verdad?
R.- Así es. Unos extraterrestres se disponen visitar un pueblo mediterráneo. Así que el escritor
oficial del pueblo prepara una especie de discurso de bienvenida. A medida que prepara el discurso habla y piensa en libros y autores, hace referencias a películas que le resultan interesantes, detalles pintorescos de Orentes, su pueblo y muchas otras anécdotas de lo más delirantes. Pero comienzan a ocurrir fenómenos extraños y la realidad empieza a deformarse. Bueno, creo que habrá que leer la novela para descubrir qué misterios y enigmas encierra.

P.-¿Y por qué incorpora una cita al inicio de cada secuencia, tienen algún sentido argumental?
R.-Las citas las he incorporado como una especie de títulos de los ‘capítulos’. A veces indican de qué se va a hablar en ellos, a veces no. Son un puro juego, y lejos de tratar de sentar cátedra o de dotar al libro de autoridad, solemnidad o extrema seriedad, están pensadas para lo contrario. Para reírme un poco del uso de las citas, que el lector las lea como un intertexto, son un guiño a él. Algunas son serias y reales. Otras son apócrifas (o no, el lector debería averiguarlo, es un juego y de eso tratan). Hay una que viene a decir lo siguiente: ‘Esta cita no sé por qué la he escrito, pero creo que quedará bien.’ El autor. Lo cual demuestra lo poco en serio que me he tomado el asunto de las citas y lo mucho que de divertimento hay en ellas.

P.- El libro ganó el  Primer Premio 451 de Novela de Ciencia Ficción de Novela que promueve Ediciones Irreverentes, ¿Qué ha supuesto para usted?
R.-Un premio como el de una editorial independiente tan destacada como Irreverentes ha sido para mí una alegría por varios motivos. Primero una felicidad porque es una editorial que admiro por su trabajo y por su búsqueda incesante de literatura de calidad, huyendo de lo comercial y de la basura, que apuesta por los autores jóvenes y que también ha publicado a escritores admirados por mí como Bradbury, Paco Umbral o incluso Pirandello. Y también porque me ha permitido poder dar a conocer mi novela, algo que hoy día es bastante difícil para los escritores que no aparecemos en tertulias televisivas o escribimos novela histórica.

P.- He leído a un crítico escribir que la novela es ‘lúdica y a contracorriente’. ¿Está de acuerdo con tal calificación?
R.-Los críticos casi siempre se equivocan, aunque esta vez estoy totalmente de acuerdo. Es un artefacto lúdico que trata de provocar risas pero también ideas, pensamientos, reflexiones. Y también tiene una clara vocación de ‘irreverente’, de subversivo. Estoy muy contento con las críticas que ha suscitado y al contrario de lo que pensaba está llegando a  mucha gente. Algunos lectores me han escrito desde Canadá para interesarse por el libro y sé que alguien de Turquía se ha hecho con un ejemplar. 


Entrevista a Abel Bri por "Ander". Accésit del premio 451 de Novela de Ciencia ficción

P.-¿Cómo nace la idea de una novela futurista como Ander?
R.- Las fuentes de inspiración, para mí, son múltiples. Como escritor, busco ideas en cuanto me rodea: vivencias, televisión, cine, noticias, revistas, cómics y, en este caso, surgió mientras leía un libro de ciencia ficción, Dune. Soy un lector lento porque, para mí, los libros son ventanas que me llevan a evocar e imaginar otras realidades, y a cada página que leo, dejo escapar mi imaginación. La idea de Andersurgió con una pregunta que me hice a mí mismo: ¿Y si se descubriera un planeta de condiciones extremas, pero habitable para el ser humano, y allí se adiestrara un ejército invencible? Así, cree un relato en el que, siguiendo la ley de la selección natural, en ese planeta, se forja a soldados que compiten entre ellos para sobrevivir.

P.-¿Una historia así puede resultar demasiado lejana e irreal para un lector?
R.-Mi objetivo con el libro no ha sido contar una historia grandilocuente, ni una compleja trama política. Lo que pretendía era contar la historia de unas pocas personas, reales, de carne y hueso, a quienes el destino coloca en una situación límite. Son héroes involuntarios, son personas a quienes condenan a matar para sobrevivir. En esta novela he buscado perfilar personajes cercanos, realistas, que, pese a ser adiestrados para asesinar como máquinas, no dejan nunca de ser humanos. Y, como cualquier humano, se plantean rebelarse contra un sistema opresivo.

 P.-¿Puede haber paralelismos entre este relato futurista y la actualidad?

R.-Sí, a menudo los escritores nos alejamos de la realidad para poder retratarla fielmente sin tapujos. En este caso me he ido muy lejos para hablar de algo mucho más crudo, cruel y terrible que la ciencia ficción, porque es realidad. En cierto modo, para esta historia me inspiré en los niños soldado de Sierra Leona, a quienes, siendo muy pequeños les daban un arma y, drogados, les obligaban a matar a su propia familia, a violar a mujeres inocentes y los reclutaban para sus fines. Sin embargo, en mi historia, como en la realidad, por descorazonadora que sea la situación, queda un camino para la esperanza, pues, por ejemplo, algunos de estos muchachos de Sierra Leona fueron rescatados y reintegrados en la sociedad, arrepentidos de unos crímenes de los que no eran culpables, no les dieron más opción que matar o morir. Igualmente, los protagonistas deAnder conservan su humanidad y tienen fe en un futuro sin asesinatos.


P.-¿Cuáles son los atractivos que ofrece el libro?
R.-Se trata de un libro con un estilo de narración directo y un vocabulario sencillo y ágil, con breves descripciones que invitan al lector a imaginar nuevos mundos y que, sobre todo, se vuelca en la acción. Es decir, en esta historia la forma está al servicio de la historia, el lenguaje pretende ser muy visual y no entorpecer la lectura. Es un libro pensado para disfrutar, para lectores que ven en la literatura, sobre todo, un componente lúdico y de evasión. No obstante, a través de las situaciones que planteo, también invito al lector a una serie de reflexiones sobre la naturaleza humana y lo desafío a que se pregunte qué haría él en dilemas semejantes. 
 P.-¿A qué público va dirigida la novela?

R.-Yo, aunque suene a tópico, escribo para mí mismo. Este es un libro que me hubiera gustado descubrir, por el que me hubiese dejado atrapar. Por la temática y por el vocabulario, es una obra apta tanto para adolescentes como para lectores adultos, una historia cercana a los cómics de ciencia ficción y aventuras, de los que soy un gran lector. Debido a mi profesión tengo contacto directo con los adolescentes y muchos me han dicho que han disfrutado de su lectura. Sin embargo, cabe precisar que no se trata del libro que a los padres les gustaría que leyeran sus hijos, sino del libro que le gustaría leer a sus hijos. Quiero decir que no hay nada edulcorado, es un libro violento, y tampoco aparece ningún tipo de moralina. No pretendo aleccionar a nadie, sino favorecer la lectura por placer mientras invito al lector a que saque sus propias conclusiones o lecturas. De cualquier manera, no es un libro pensado para adolescentes, sino para cualquier lector que tenga capacidad de soñar, y, de hecho, me ha sorprendido cómo lectores que jamás habían leído nada de ciencia ficción porque es un género que, a priori, les causaba rechazo, me han felicitado por cómo les ha atrapado esta obra. 

Más información en la web de Ediciones Irreverentes  http://www.edicionesirreverentes.es/2099/Ander.html

Entrevista a Mario Martín Gijón, autor de "Un día en la vida del inmortal Mathieu"

P.- ¿Mathieu Beaujour, personaje de la novela, esconde alguna clave?
R.-Como dije en una ocasión, no puedo entender la escritura de ficción sino como una forma de dar voz a personajes ficticios que empiezan a hablarme. Empecé a escuchar a Mathieu Beaujour, a través del tiempo y del espacio, hacia finales de 2008, y supongo que empecé a oírle por un interés cada vez más acuciante por las mismas cosas que le ocupaban a él. Todos los avances biotecnológicos que se cumplen en el año 2070, en el que se sitúa Mathieu, han sido previstos desde hace años por científicos y pensadores como Raymond Kurzweil, Aubrey de Grey, Nick Bostrom o Allen Buchanan, del movimiento transhumanista, por desgracia aún poco conocido en nuestro país. El apellido del personaje, obviamente, puede referirse a su condición idealista y utópica, y su empeño por construir días mejores. No se refiere a ninguna persona de actualidad, si es a lo que te refieres.

P.-¿Cuál es la fórmula para que una novela fantástica funcione?
R.-No sé si esta novela funcionará o no, eso deberán decidirlo los lectores. De todas formas, creo que en este caso sería más apropiado hablar de novela prospectiva o futurista, que trata un desarrollo seguramente poco probable del mundo, pero más factible, sin duda, que los viajes en naves espaciales. El protagonista de mi novela dice en un momento: “Recuerdo con qué ingenuidad, hace más de un siglo, creíamos que nuestro futuro estaba en lejanos viajes interestelares (...) Pero los viajes más importantes, las expediciones más escalofriantes y los pasos más gigantescos para la humanidad fueron, por supuesto, los que se realizaron dentro de nosotros mismos”. Creo que en un intento como éste es preferible no pretender describir demasiado en detalle un futuro que siempre será imprevisible, dejar una zona de incertidumbre que cada lector pueda completar a su gusto.
 P.- ¿Cuáles son tus referentes literarios?
R.- Soy muy promiscuo literariamente y por otra parte nunca me he sentido parte de un grupo o corriente literaria. En este libro en concreto hay guiños a escritores como Michel Houellebecq, Ricardo Menéndez Salmón o J. G. Ballard, pero sin embargo creo que la influencia más decisiva en este libro han sido los ensayos predictivos de autores como los que mencioné antes. Por otra parte, la figura de Miguel de Unamuno está muy presente en la obra, pero desde una óptica que a mi entender le vuelve más actual que nunca.

P.- El tiempo es un elemento importante, ¿es una noción clara para ti, cómo defines el tiempo?

R.- Vaya, menuda pregunta, Astrida. ¿Lo es para alguien? Somos tiempo, no hay que haber leído a Heidegger para saberlo, y por eso cualquier modificación en nuestro lapso vital cambiaría nuestra óptica sobre muchas cosas. La radical longevidad de la que disfrutan los habitantes del mundo de Mathieu (quiero especificar que no son inmortales en sentido estricto, y probablemente nunca lo serán, aunque es el objetivo que persiguen, como lo persigue Kurzweil y otros) supondría una forma muy distinta de ver las cosas, desde el desarrollo de una carrera profesional hasta las relaciones personales. Mathieu Beaujour, como psicólogo y optimista que es, enfatiza los aspectos positivos, como el mayor tiempo que existe para disponer de otras oportunidades en la vida, pero también hay otros nada positivos.
P.- ¿Crees que el futuro del que nos habla la novela va a cumplirse?
R- No quise hacer de profeta, aunque me interesa señalar que los cambios más importantes de la vida en ese año 2070 son factibles y ya han sido realizados en parte. Otra cosa es que naturalmente quienes tienen los medios y el dinero para financiar la investigación en mejorar las condiciones de vida o alargar ésta prefieren emplearlo en otros fines. Es la tragedia del científico, depender casi siempre de seres con unos horizontes incomparablemente más estrechos y mezquinos. Cuando empecé a escribir esta novela no sufríamos una situación de crisis y decadencia política tan desesperanzadora. Con todo, la situación en la que viven los contemporáneos de Mathieu no es envidiable en muchos aspectos. Me interesaba describir un futuro posible y a la vez radicalmente distinto a nuestro presente. 


15.1.14

Concha Rodríguez: “Mi protagonista ha vivido durante toda la época de la burbuja imitando cánones de triunfadores y ha colado. Hasta ella misma se lo ha creído. Y cuando cae todo, no sabe recomponerse”



Ediciones Irreverentes ha presentado hoy en el Café El Espejo, de Madrid, Efecto Dulcinea, de Concha Rodríguez, texto publicado en libro por Ediciones Irreverentes, y que se estrenará el próximo domingo, 19 de enero, en el madrileño Teatro del Arte (C. San Cosme y San Damián, 3), con puesta en escena a cargo de La Estampa Teatro.
Afirma Concha Rodríguez sobre la protagonista de Efecto Dulcinea, “No tengo tan claro que la emprendedora de mi obra haya triunfado en algún momento. Posiblemente ni siquiera haya triunfado. Ha vivido durante toda la época de la burbuja imitando cánones de triunfadores y ha colado. Hasta ella misma se lo ha creído. Y cuando cae todo, no sabe recomponerse. No sabe tomar otros caminos, ni desandar lo andado.”
¿Qué encontramos en esta comedia recién publicada por Ediciones Irreverentes? De tanto leer libros de Autoayuda, Lola –editora, feminista radical, explotadora y demagoga- enloquece y se rige por los cánones de la Mujer Ideal. En su vida se mezclan sus más fieles colaboradores y una serie de personajes que harán de ella la peor de las villanas. Con el Quijote de fondo y su obsesión por dar voz a Dulcinea, Lola, la eterna luchadora perfecta, será diagnosticada con una enfermedad mental poco conocida, pero muy padecida, El síndrome Dulcinea, que padecen todos los enamorados cibernéticos, que son cegados de amor por seres infundados, desconocidos y a veces inexistentes.
¿Liberación de la mujer, igualdad? La vida es más dura de lo que cuenta la publicidad oficial, sobre todo cuando te han convencido de que debes ser una emprendedora. ¿Libertad acaba siendo sinónimo de soledad? Sobre la difícil conciliación de trabajo y vida profesional, que tanto le cuesta a muchas mujeres, medita la autora en la obra “Posiblemente yo sea una de ellas. Creo que todas tenemos un poco de intentar controlar el trabajo fuera de casa y la conciliación familiar. Y nos culpamos, cuando no estamos en todas partes al cien por cien. Y si además trabajas, como es mi caso, en un trabajo vocacional, que amas con todas tus fuerzas y que te hace viajar mucho… pues sientes que algo de la vida real te estás perdiendo.”
En todo caso, al presentar los problemas de la mujer ante un mundo voraz, en el que la empresa puede quitarte la vida, Concha Rodríguez lo plantea desde un punto de vista amplio “Creo en el Teatro como espejo de la sociedad en la que vivimos. Si el autor es un hombre escribe lo que ve… y sin duda una mujer tendrá otro punto de vista y otras necesidades… Tal como somos de distintos y de complementarios. Pero no diferenciar la problemática de la mujer como algo aislado. La problemática de la mujer debe ser la problemática de toda la sociedad.”
La compañía permanecerá en el Teatro del Arte de Madrid los domingos del resto de enero y todo febrero.
Efecto Dulcinea es una obra muy divertida, con momentos de carcajadas, y crítica con los estereotipos que se le han “vendido” a la mujer como deseables, se asegura una hora y media divertida y un post-acto de meditación.
El escritor Miguel Ángel de Rus, autor del prólogo afirmó “Efecto Dulcinea nos ofrece una estructura clásica de comedia, con enredos, equívocos, y sobre todo el gran equívoco permanente de la propia vida. Que entre un moro guapo y te alegre la tarde es un equívoco cotidiano; que creas que estás siguiendo el camino que querías seguir, es un equívoco que arrastramos hasta la tumba. Es una comedia entre ácida con puntos amables, que te hace leerla —o verla representada— con una sonrisa y algunas carcajadas, y que luego, cuando se ha pasado el efecto del calor del arte en vivo, te lleva a pensar. ‘¿No seré yo el protagonista?’”
Concha Rodríguez: Autora teatral, directora y actriz. Funda la compañía La Estampa Teatro en 1994, que en la actualidad cuenta con quince montajes. Es autora de textos como La última luna de abril, Para Bellum, Soltera SLU, Primitiva Vanidad, Mi sobrino el concejal, Nido de Víboras, Flamenquería, Siete hembras sin piedad y ¡Estáis quemadas!, entre otros.

10.1.14

La comedia Efecto Dulcinea, de Concha Rodríguez, se estrena en el Teatro del Arte de Madrid

Ediciones Irreverentes presentará la próxima semana un nuevo libro de su colección de Teatro, Efecto Dulcinea, de la actriz, directora y autora Concha Rodríguez.
               Pero antes de leer la obra, podéis verla representada, porque se estrena ya en Madrid.
               Este domingo, 12 de Enero, a las 19 horas, La Estampa Teatro empieza temporada en El Teatro Del Arte de Madrid (calle San Cosme y San Damián, 3) con la comedia Efecto Dulcinea, de Concha Rodríguez.
               ¿Qué podemos anticipar sobre esta comedia? Que de tanto leer libros de Autoayuda, Lola –editora, feminista radical, explotadora y demagoga- enloquece y se rige por los cánones de la Mujer Ideal. En su vida se mezclan sus más fieles colaboradores y una serie de personajes que harán de ella la peor de las villanas. Con el Quijote de fondo y su obsesión por dar voz a Dulcinea, Lola, la eterna luchadora perfecta, será diagnosticada con una enfermedad mental poco conocida, pero muy padecida, El síndrome Dulcinea, que padecen todos los enamorados cibernéticos, que son cegados de amor por seres infundados, desconocidos y a veces inexistentes.
               La compañía permanecerá en el Teatro del Arte todos los domingos de enero y febrero.
               Muy divertida, con momentos de carcajadas, y muy crítica con todos los estereotipos que se le han “vendido” a la mujer como deseables, se asegura una hora y media divertida y un post-acto de meditación. Más información sobre la obra en http://www.laestampateatro.com/